REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD DE LA CAPTURA SECUNDARIA E INCIDENTAL DE AVES MARINAS Y PINNÍPEDOS

, Secretaría de la CCRVMA

Imagen de Philippe Pernet

Reducción de la mortalidad de la captura secundaria e incidental de aves marinas y pinnípedos

La mayoría de los métodos de pesca tiene algún tipo de impacto en el ecosistema, ya sea de manera indirecta, al eliminar las especies objetivo de la pesca que sirven de fuente de alimento para otras especies, tales como los pingüinos que se alimentan de kril (v. artículo N.o 3 de esta serie), o de forma directa, al capturar o interactuar de otra manera con especies no objetivo, que pueden ser aves y mamíferos marinos, calamares u otros organismos marinos.

Conjuntamente con el desarrollo del enfoque de ordenación del kril, que toma en consideración el impacto de la pesquería de kril sobre el ecosistema que dependiente de esta especie, a fines de la década de 1980, la CCRVMA comenzó a llevar un registro de las interacciones directas entre los artes de pesca y las especies no objetivo. Las mejoras en los informes de captura permitieron realizar estimaciones de la captura secundaria de especies no objetivo de peces y, seguidamente, se implementaron medidas de control de esas capturas.

Algunas de estas especies son vulnerables a la sobrepesca, por lo que la CCRVMA ha realizado esfuerzos considerables por reducir su presencia en la captura secundaria. Por ejemplo, además de las limitaciones a las capturas de granaderos y rayas en la pesca de palangre, se requiere que los barcos se desplacen si se encuentran en áreas con grandes proporciones de captura secundaria. Además, todas las rayas capturadas que tengan una alta probabilidad de supervivencia deben ser regresadas al mar.

Las rayas, tales como la Amblyraja georgiana, que a menudo se encuentra en la captura secundaria de la pesquería de palangre, deben ser liberadas al mar con cuidado si todavía están con vida. Imagen: Leonid Pshenichnov, Ucrania.

En la década de 1990, la interacción entre las aves marinas y los artes de pesca de palangre y arrastre, en particular algunas especies de albatros y petreles, comenzó a ser motivo de profunda preocupación para la CCRVMA. Los artes de palangre son particularmente peligrosos para las aves marinas, porque implican calar varios miles de anzuelos adheridos a una única línea que podría medir más de 10 km de largo, con peces o calamar como carnada. Las líneas se hunden lentamente hasta llegar al lecho marino, donde atraen y capturan austromerluzas. Durante el tiempo en que la línea se encuentra cerca de la superficie, las aves marinas pueden intentar comer la carnada, con el riesgo de quedar enganchadas en el anzuelo, ser arrastradas bajo el agua y ahogarse a medida que la línea de anzuelos se hunde.

Línea espantapájaros. Imagen: Philip Robyn, Sudáfrica.

En 1991, la CCRVMA adoptó medidas con el fin de minimizar la captura incidental de aves, estimada en varios miles de ejemplares por año en las pesquerías de palangre. Así, se impuso el requisito de que los palangres contaran con plomos que permitieran un hundimiento más rápido, de manera que las aves marinas no pudiesen llegar a la carnada. Además, se implementaron regulaciones que prohíben el descarte de restos de pescado (residuos del procesamiento de pescado) al mar o exigen minimizar el uso de luces por la noche, ya que ambas prácticas atraen a las aves marinas, así como el requisito de desplegar líneas espantapájaros con dispositivos de exclusión de aves de colores vivos a popa, para disuadir a las aves de acercarse al área de calado. Todas estas medidas han tenido un papel fundamental en la reducción de las interacciones entre las aves y los artes de palangre. Entre 1994 y 2011, se lograron avances en el desarrollo de estas medidas, gracias a un grupo de trabajo dedicado a hallar formas de reducir la mortalidad incidental.

Albatros ojeroso (Thalassarche melanophris). Imagen: Volker Siegel, Unión Europea.

Luego de realizar experimentos científicos exhaustivos con miras a identificar las soluciones más adecuadas, se adaptaron las medidas de mitigación. Un elemento clave de esta labor fue el requisito planteado en 1995 de que todos los barcos de palangre lleven a un observador científico a bordo (v. artículo N.o 9). Asimismo, en algunas áreas, se adoptaron modificaciones en la temporada de pesca con palangres, de manera que solo tenga lugar en el invierno (época en la que las horas de luz son escasas), en períodos en que las aves marinas han migrado a otro sitio, o durante la noche (cuando disminuye su actividad).

Un peligro adicional que enfrentan las aves marinas es el de la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR) dirigida a la austromerluza. Es probable que los barcos INDNR no adopten medidas de mitigación y tengan tasas de mortalidad de aves marinas similares a las de aquellos barcos con licencia que operan sin implementar medidas de mitigación. Se cree que la satisfactoria reducción de las actividades de pesca INDNR gracias a la labor de la CCRVMA (v. artículo N.o 7) también ha contribuido a reducir la mortalidad de aves marinas en el Área de la Convención. Todas estas medidas en su conjunto tuvieron un éxito invaluable, que se ve reflejado en la disminución en las notificaciones de la captura incidental, que pasó de decenas de miles estimadas por año a menos de cien por año, en la actualidad.

Petrel damero (Daption capense). Imagen: Volker Siegel, Unión Europea.

Como resultado del éxito de los esfuerzos de la CCRVMA por desarrollar y aplicar medidas de mitigación, en el presente solo se registra un número muy limitado de muertes de albatros y petreles como consecuencia de las operaciones de pesca en el Área de la Convención. La CCRVMA ha hecho una extensa labor de divulgación sobre esta problemática y sobre las soluciones aplicadas para la disminución de la mortalidad de aves marinas. Su labor ha contribuido considerablemente al desarrollo del Plan de acción internacional sobre aves marinas de la FAO (1999) y al Acuerdo sobre la Conservación de Albatros y Petreles (2001), que en su preámbulo da reconocimiento a los logros de las medidas adoptadas por la CCRVMA para la reducción de la captura incidental de aves marinas en la Antártida.

A lo largo del tiempo, también se han impulsado iniciativas que tienen por objeto la protección de las aves y los mamíferos marinos en las pesquerías de arrastre. A su vez, todos los barcos de pesca de kril tienen prohibido descartar restos de peces, deben garantizar la limpieza de las redes antes del calado a fin de reducir su atractivo para las aves, y las redes de pesca deben contar con paneles de escape que eviten la captura de pinnípedos. La eficacia de estos mecanismos es tal que, por lo general, la captura anual de pinnípedos y aves es inferior a diez ejemplares.