Austromerluza – desarrollo precautorio de una pesquería de aguas profundas

, Secretaría de la CCRVMA

Foto de Leonid Pschenikov

Austromerluza – desarrollo precautorio de una pesquería de aguas profundas

Cuando la CCRVMA inició su labor, en la década del ochenta del siglo pasado, la caza de ballenas y focas y la pesca en la Antártida tenían una historia de muchas décadas. Los cazadores de focas iniciaron la caza del lobo fino antártico por su piel en 1790. En 1825, algunas poblaciones de lobos finos estaban al borde de la extinción y se inició la caza de elefantes marinos y de algunas especies de pingüinos por su aceite. La caza de ballenas en el océano Austral se inició en 1904, con siete especies como objetivo de la explotación, hasta que la Comisión Ballenera Internacional implementó una moratoria de la caza comercial de ballenas en 1986. La pesca de especies ícticas a gran escala se inició a fines de la década del sesenta y se dirigió a especies como el draco rayado (Champsocephalus gunnari), la trama jaspeada (Notothenia rossii) y la trama patagónica (Patagonotothen guntheri).

La CCRVMA reconoce que la caza de ballenas y la de pinnípedos, actividades ahora inexistentes en el océano Austral, son responsabilidad de la Comisión Ballenera Internacional y de la Convención para la Conservación de las Focas Antárticas, respectivamente. La CCRVMA es responsable de la ordenación de la pesca como parte de su objetivo y, tal y como se explicó en los artículos N.os 2 y 3 de esta serie, a principios de la década del noventa del siglo pasado, estableció medidas para el manejo o la recuperación del kril y de todas las especies de peces que eran objeto de explotación por entonces.

Sin embargo, a finales de la década del ochenta, varias flotas habían ya comenzado la explotación de una especie poco conocida llamada austromerluza negra (Dissostichus eleginoides). Esta especie formaba parte de la captura secundaria en algunas de las pesquerías de arrastre de fondo de la época y también en pesquerías de Sudamérica, pero solo cuando los barcos de pesca empezaron a utilizar palangres de fondo en aguas de hasta 2 000 m de profundidad las austromerluzas empezaron a ser capturadas en cantidades importantes.

Las austromerluzas son peces de aguas profundas, que viven cerca del lecho marino y que pueden crecer hasta alcanzar dos metros de longitud. La austromerluza negra (D. eleginoides) habita la región septentrional del Área de la Convención, alrededor de los archipiélagos subantárticos, así como en las ZEE de algunos países de Sudamérica, mientras que la austromerluza antártica (D. mawsoni) se encuentra cerca del continente antártico. Ambas especies son muy apreciadas para el consumo humano y tienen gran valor económico. La captura combinada anual de ambas especies es de 15 000 toneladas, aproximadamente.

Barco de pesca con palangre dirigida a la austromerluza antártica en el mar de Ross.
Foto de Leonid Pschenikov.

Capturas en 2019/20, en toneladas

 AustromerluzaKril
Subárea 48.1[1]15157 081
Subárea 48.2 178 382
Subárea 48.31 884115 318
Subárea 48.463 
Subárea 48.6337 
División 58.4.258 
División 58.5.15 157 
División 58.5.23 014 
Subárea 58.6818 
Subárea 58.7269 
Subárea 88.12 900 
Subárea 88.2714 
Subárea 88.3196 
Total15 325450 781

[1] Solo pesca de investigación

Hasta finales de la década del ochenta, no se habían utilizado palangres para la pesca en el Área de la Convención, y este fue el primer ejemplo del desarrollo de una nueva pesquería después de la entrada en vigor de la Convención. La Comisión respondió a ello introduciendo, en 1991 y en 1993, dos medidas innovadoras para controlar lo que la Comisión designó como pesquerías “nuevas y exploratorias”. El propósito de esas medidas era prevenir una expansión de las pesquerías más rápida que el ritmo de obtención de la información necesaria para asegurar que esas pesquerías pudieran ser manejadas de manera sostenible. Esas pesquerías requerían notificaciones previas de la intención de pescar, acompañadas de planes para el recabado de datos y de actividades de investigación pertinentes que permitieran elaborar asesoramiento científico y el manejo adecuado de esas pesquerías. También requerían el establecimiento de límites de captura precautorios fijados en niveles solo levemente superiores a los necesarios para obtener esa información.

Austromerluza negra Dissostichus eleginoides. Ejemplar de Austral Fisheries.

El estudio de la biología de la austromerluza fue todo un reto para los científicos. Este pez habita en aguas de hasta 2 500 m de profundidad y no tiene vejiga natatoria, lo que lo hacía prácticamente invisible al sonar. No se agrupa en bancos y su hábitat no se limita al lecho marino, lo que lo hacía relativamente inaccesible a los arrastres de investigación. Tiene una etapa juvenil pelágica prolongada, en la que habita en capas menos profundas del océano y en la que una misma población se puede expandir por áreas muy extensas.

Durante unos años, pareció que sería difícil dar con una metodología fiable para realizar evaluaciones de stocks, hasta que los científicos se dieron cuenta de que la ausencia de una vejiga natatoria permitía a la austromerluza sobrevivir muy bien al desplazamiento del lecho marino a la superficie del agua.

Al descubrir esto, a mediados de la década del noventa, la CCRVMA inició un programa de marcado que ha dado grandes frutos. Desde entonces, se han marcado y liberado 350 000 ejemplares de austromerluza, 40 000 de los cuales han sido recapturados. La alta tasa de supervivencia de los peces marcados y su hábito general de no desplazarse grandes distancias han permitido hacer estimaciones muy precisas del tamaño de los stocks de todos los archipiélagos subantárticos y del mar de Ross.

Normalmente, las austromerluzas no se desplazan muy lejos de sus lugares de marcado — en promedio, las austromerluzas marcadas se han recuperado a solo 11 km de su lugar de liberación y tras alrededor de 2 años de libertad—. Sin embargo, alrededor del 6 % de los ejemplares recapturados se han encontrado a distancias de más de 200 km del lugar de liberación y, a la fecha, la mayor distancia recorrida que se ha registrado de un ejemplar recuperado es de 5 741 km desde el lugar de liberación. Se trató de una austromerluza negra marcada y liberada en febrero de 2004 por un barco de pabellón ucraniano en el mar de Ross, cuando medía 57 cm y pesaba 1,7 kg, y que fue recapturada en septiembre de 2017 por un barco de pabellón francés cerca de las islas Kerguelén, con una talla de 100 cm y un peso de 11,1 kg.

Austromerluza antártica (Dissostichus mawsoni) Fotografía Cheng y Cziko

Las evaluaciones de stocks bien fundamentadas científicamente han permitido a la CCRVMA establecer límites de captura basándose en un criterio de decisión que, como el aplicado al kril (v. artículo N.o 3 ), permite proteger tanto el stock como el ecosistema. Esto se consigue mediante el objetivo de mantener el tamaño de la población reproductora en un 50 % del inicial. Este nivel es más precautorio que el generalmente aceptado que permite obtener el máximo rendimiento sostenible y que habitualmente es entre 30 y 40 % del tamaño inicial del stock.

Algunas pesquerías de austromerluza están todavía en etapa exploratoria. En esas pesquerías, los límites de captura son pequeños y se acompañan de una actividad científica intensiva para establecer los fundamentos de una evaluación científica del stock y del posible límite de captura sostenible. Un ejemplo es la pesquería al este del mar de Weddell, en un área llamada “Subárea 48.6”. En esta pesquería exploratoria, España, Japón y Sudáfrica han estado cooperando en actividades de recabado de datos y de investigación en cuatro unidades de investigación a pequeña escala, con límites de captura de entre 300 y 400 toneladas por año. Las investigaciones y los datos recabados probablemente permitirán hacer una evaluación científica del stock del área dentro de poco tiempo, pero, hasta entonces, los límites de captura seguirán siendo pequeños y tendrán carácter precautorio, lo que es congruente con el carácter exploratorio de la pesquería.

El hecho de que todas esas pesquerías de austromerluza se hayan desarrollado partiendo de un estado prístino y alcanzando la condición de pesquería explotada de manera sostenible —sin que haya habido sobrepesca o merma de las poblaciones en ningún momento— es un gran logro de la CCRVMA. Muy pocas pesquerías en el mundo entero han alcanzado a ser clasificadas como sostenibles sin, en algún momento, haber sido sobreexplotadas. El éxito de la CCRVMA se debe a sus enfoques precautorio y basado en el ecosistema y a una implementación práctica de esos principios a través de las medidas que regulan las pesquerías nuevas y exploratorias.

TAIYO A&F CO.,LTD, Japón.

Las investigaciones sobre la austromerluza antártica en la pesquería exploratoria de la Subárea 48.6 están siendo realizadas por España, Japón y Sudáfrica. El mapa muestra las áreas 486_2 a 486_5, que son las áreas concretas donde se están desarrollando la pesquería exploratoria y las investigaciones. Esta imagen muestra una austromerluza siendo marcada para su liberación, procedimiento que permite estudiar su biología y sus desplazamientos a lo largo del tiempo.

Capturas de austromerluza negra Dissostichus eleginoides (arriba) y de austromerluza antártica Dissostichus mawsoni (abajo). Fuente: Boletín Estadístico de la CCRVMA.